LA VICTORIA DE JESUCRISTO SOBRE SATANAS.
PR WILLY HAMEL.
En la cruz del Calvario Jesúcristo venció al diablo y a los demonios al derramar su sangre pura y sin contaminación. Esta fue la más grande victoria de Cristo sobre el reino de las tinieblas.
Al dar su vida en la cruz Jesucristo pagó por nuestros pecados, el Cordero de Dios, dio su vida y su sangre como el sacrificio Perfecto, el vino a pagar por el pecado de los hombres, entonces la justicia divina quedó satisfecha.
Entonces por la sangre de Cristo todo pecador queda completamente redimido de sus pecados y estos quedan completamente cubiertos,
Satanás pierde toda legalidad sobre esa alma.
Y ese pecador pasa de ser un instrumento del mal, un esclavo del diablo a ser un hijo de Dios un miembro del Reino de Dios. Protegido por los angeles de Dios.
Mira lo que dice Juan 3.16.
Porque de tal manera amó Dios a los hombres, que ha dado a su hijo (Jesús) para que todo aquel que en él crea, ( que se convierta en su seguidor) no se pierda más tenga la vida eterna. ( y un dia vaya al cielo)
porque Dios no mandó a su Hijo ( Jesús) al mundo para condenar ( destruir) al mundo, sino para que el mundo, fuera salvo por medio de él.
Este es el maravilloso plan de Salvación que Dios nos da. Gratuitamente.
Este mundo era como una carcel llena de presos, pero el Rey mandó a su hijo unigénito a esta terrible cárcel trayendo un mensaje de perdón y salvación.
había un hombre visitando una ciudad y por una calle encontró a unos niños que tenían una vieja jaula, llena de pájaritos que ellos habían capturado, y ellos estaban atormentando a esos pájaritos con unos palos. Y entonces el hombre les dijo a los niños ^^hey chicos miren les compro esa jaula con los pájaros, les doy $10 dolares, y ellos felices aceptaron los $10. Entonces el hombre se agachó Y tomó la jaula y abrió la puerta y soltó los pájaritos y los niños quedaron asombrados y él le dijo miren los compré para hacerlos libres.
Considero esta una gran ilustración sobre nuestra salvación. Jesús vino y pagó CON SU SANGRE, por nuestra salvación. Para hacernos libres! Debemos estar siempre agradecidos por esto! Somos libres de las cadenas del pecado y de los vicios. Del orgullo y de la maldad.
Entonces si una persona atea al oír el mensaje del Evangelio decide convertirse en un seguidor de Cristo, en ese momento pasa de muerte a vida! Dios le perdona todos sus pecados y le da la vida eterna!
¿Cuál es el significado de la sangre de Cristo?
“Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22)
Es muy importante ver que la frase “la sangre de Cristo” es usada muchas veces en el Nuevo Testamento, y es la expresión de la muerte sacrificial y la obra completa de expiación ( salvación) de Jesucristo en nuestro favor.
Las referencias a la sangre del Salvador incluyen la realidad de que Él literalmente se desangró en la cruz, pero más significativamente que derramó Su sangre y murió por los pecadores. Para salvarnos.
La sangre de Cristo tiene el poder de expiar todos los pecados de un hombre, puede expiar un número infinito de pecados cometidos por un infinito número de gente a través del tiempo, y todos aquellos que ponen su fe en esa preciosa sangre serán purificados y salvados.
La realidad de la sangre de Cristo como medio de expiación por el pecado, tiene su origen en la Ley de Moisés.
Entonces en Israel, una vez al año, el sacerdote del templo debía hacer una ofrenda de la sangre de animales sobre el altar del templo por los pecados del pueblo. “Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22).
Pero esta era una ofrenda de sangre de corderos que estaba limitada en su efectividad, por lo que tenía que ser ofrecida una y otra vez. Esta era una semblanza del sacrificio de Jesús ofrecido en la cruz “una vez y para siempre” (Hebreos 7:27). Una vez que fue hecho ese sacrificio, ya no hubo necesidad de la sangre de toros y machos cabríos.
La sangre de Cristo es la base del Nuevo Pacto. La noche anterior a Su crucifixión, Jesús ofreció la copa de vino a Sus discípulos diciendo, “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.” (Lucas 22:20). El verter el vino en la copa, simbolizaba la sangre de Cristo que sería derramada por todos los que creerían en Él.
Cuando Él derramó Su sangre en la cruz, Jesús eliminó el exigencia del Antiguo Pacto del continuo sacrificio de animales. Esa sangre no era suficiente para cubrir los pecados del pueblo, excepto de una manera temporal, porque el pecado contra un Dios santo e infinito, requiere un sacrificio santo e infinito. “Pero en esos sacrificios hay un recordatorio de pecados año tras año. Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.” (Hebreos 10:3). Mientras que la sangre de toros y machos cabríos era un “recordatorio” del pecado, “la sangre preciosa de Cristo, un cordero sin mancha o defecto.” (1 Pedro 1:19), pagó totalmente la deuda del pecado que debíamos a Dios, y ya no necesitamos más sacrificio por el pecado. Jesús dijo, “¡Consumado es!” mientras Él moría, y con eso quiso decir que – la obra completa de redención fue hecha para siempre, “habiendo obtenido redención eterna” para nosotros (Hebreos 9:12).
La sangre de Cristo no solo redime a los creyentes del pecado y el castigo eterno, sino que “Su sangre purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo” (Hebreos 9:14). Esto significa que no solo somos ahora libres de ofrecer sacrificios, los cuales son “inútiles” para obtener la salvación, sino que somos libres de depender de las obras inútiles e improductivas de la carne para complacer a Dios. Porque la sangre de Cristo nos ha redimido, ahora somos nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17), y por Su sangre somos liberados del pecado para servir al Dios vivo, para glorificarle, y para gozar de El por una eternidad. Por siempre.
Y que es la expiación sustitutiva?
La “expiación sustitutiva” se refiere al hecho de que Jesucristo murió en representación de todos los pecadores.
El tomo nuestro lugar.
Las Escrituras enseñan que todos los hombres somos pecadores (leer Romanos 3:9-18 y Romanos 3:23). La pena por nuestros pecados es la muerte. ( castigo eterno) Romanos 6:23 dice, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Este versículo nos enseña muchas cosas. Sin Cristo, todos vamos a morir y a pasar una eternidad en el infierno como el pago por nuestros pecados.
En las Escrituras la muerte se refiere a una “separación”. Todos moriremos, pero algunos viviremos en el cielo con el Señor por la eternidad, mientras que otros vivirán una vida en el infierno por la eternidad. La muerte de la que se habla aquí se refiere a la existencia en el infierno. Sin embargo, la segunda cosa que nos enseña este versículo, es que la vida eterna está disponible a través de Jesucristo. Esto es, la expiación sustitutiva.
Jesucristo murió en nuestro lugar cuando Él fue crucificado en la cruz. Nosotros somos los que merecíamos estar en esa cruz y morir, porque somos nosotros los que vivimos vidas pecaminosas. Sin embargo, Cristo tomó el castigo en Sí mismo en nuestro lugar. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” (2 Corintios 5:21). ( para que fueramos justificados por medio de El.)
Jesucristo tomó nuestro lugar como sustituto por lo que justamente merecíamos.
“Quien llevó en Él mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24). Nuevamente aquí vemos que Cristo tomó sobre Sí mismo los pecados que cometimos, para pagar el precio por nosotros. Pocos versículos más adelante leemos, “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu...” (1 Pedro 3:18).
No sólo estos versículos nos enseñan acerca de la “sustitución” que Cristo fue por nosotros, sino también que Él fue la “expiación”, dando a entender que Él proveyó el pago por los pecados del hombre.
Un pasaje más que habla acerca de la “expiación sustitutiva” es Isaías 53:5. Este versículo habla en una forma muy detallada acerca de la venida de Cristo quien moriría en una cruz por nuestros pecados, y sabemos que la crucifixión sucedió tal y cómo fue predicha. Fíjate en las palabras mientras lees. “Mas Él herido fue por NUESTRAS rebeliones, molido por NUESTROS pecados; el castigo de NUESTRA paz fue sobre Él, y por SU llaga fuimos NOSOTROS curados”. Nota la sustitución. ¡Nuevamente aquí vemos a Cristo pagando el precio por nosotros!
MIRA ISAIAS 53.10
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación ( pago) por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. ( sustitucion) 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Nosotros no podríamos haber pagado el precio por nuestros propios pecados. O si lo hubiéramos hecho, simplemente habríamos sido castigados y echados en el infierno por una eternidad. Pero Cristo tomó la iniciativa de venir al mundo en la forma del Hijo de Dios, Jesucristo, para pagar el precio por nuestros pecados. Y porque Él hizo esto por nosotros, podemos ahora tener la oportunidad no sólo de tener el perdón de nuestros pecados, sino también de pasar una eternidad con Él. Para que esto sea una realidad, debemos poner nuestra fe en lo que Cristo hizo en la cruz. No podemos salvarnos a nosotros mismos; necesitamos un sustituto en nuestro lugar. La muerte de Cristo es la expiación sustitutiva. y todo esto nos muestra la bondad y misericordia de Dios. Tenemos un Padre celestial que es el más bueno y compasivo de todo el universo!
El Padre celestial sufrió terriblemente al ver a su hijo Jesús Colgando en la cruz y derramando su sangre en la cruz del Calvario, Pero él se aguantó porque él sabía que ese sacrificio era para garantizar la salvación y la vida eterna para todos aquellos que se arrepientan y le entreguen su vida a Cristo.
JESUS VENCIÓ AL DIABLO POR MEDIO DE SU MUERTE Y RESURRECCION.
En Lucas 10:18 Jesús dice: “Vi a Satanás caer del cielo como un rayo”
Vemos que en este importante pasaje de Lucas 10:18 Jesús les dice a dus discípulos : “Vi a Satanás caer del cielo como un rayo”. El contexto de estas palabras es el regreso del 70 discípulos que Jesús había enviado a evangelizar y preparar su camino a Jerusalén. Cuando los 70 regresan y dan su informe, están gozosos y un poco sorprendidos de que “hasta los demonios se nos someten en tu nombre” (versículo 17). Las primeras palabras de Jesús en respuesta son: “Vi a Satanás caer del cielo como un rayo” (versículo 18).
Al referirse a la caída de Satanás del cielo, Jesús probablemente tenía en mente Isaías 14:12 : “¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido arrojado a la tierra, tú que en otro tiempo humillabas a las naciones”. La caída de Satanás que vio Jesús ocurrió después del pecado de Lucifer, antes de la tentación de Adán y Eva en el Jardín del Edén. En su orgullo, Lucifer se había enaltecido y rebelado pero Dios lo había arrojado de su lugar original en el cielo. La declaración de Jesús en Lucas 10:18 habla de la preexistencia de Jesús y de la derrota del Señor sobre el poder de Satanás en un sentido general. Cuando los discípulos de Jesús regresaron para informarles de su alegría por su autoridad sobre los demonios, Jesús, en muchas palabras, les dice que no deberían haberse sorprendido. Satanás es un enemigo caído completamente vencido y siempre ha estado sujeto a la autoridad del Hijo de Dios.
Jesús había enviado a los 70 con Su autoridad, que se extiende sobre el reino de las tinieblas, el reino de Satanás y sus demonios. La caída de Satanás “como un rayo” indica que su juicio en el cielo fue rápido y obvio.
Jesús no sólo les dio autoridad sobre los demonios a los 70, sino que también les permitió “hollar serpientes y escorpiones, y vencer todo el poder del enemigo” ( Lucas 10:19 ).
Mientras los 70 celebran que los demonios se les sujetaron en el nombre de Jesús, en Lucas 10:17 , Jesús redirige su entusiasmo señalando una bendición aún mayor: ¡su salvación! Jesús dice: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (versículo 20).
Echar fuera demonios tiene un beneficio temporal y limitado en este mundo, ¡pero tener tu nombre escrito en el cielo es una bendición eterna e ilimitada! Es la mayor bendicion. Tener la vida eterna para vivir para siempre con Dios en el cielo en el Paraiso!
Apocalipsis 12:9 se refiere a otro momento en el que Satanás es expulsado del cielo: “Fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; y fue arrojado a la tierra, y sus ángeles con él”.
Creemos que esto sucede durante el futuro período de la tribulación, de siete años, cuando a Satanás se le prohíbe el acceso al cielo de una vez por todas.
Jesucristo regresará, derrocará el reino que Satanás estaba intentando establecer por medio del Anticristo y atará al diablo y lo enviará al fondo del Abismo, durante 1000 años ( Apocalipsis 20:1–3 ).
Al final de los 1000 años, Satanás será liberado para una batalla final, pero es derrotado nuevamente y arrojado al lago de fuego por toda la eternidad ( Apocalipsis 20:7–10 ).
Jesucristo tiene poder sobre Satanás y poder para salvarnos. Todavía hoy, los creyentes enfrentan una batalla espiritual contra las fuerzas del mal ( Efesios 6:12) .
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