jueves, 23 de marzo de 2017

PASAJE DE ORO ROMANOS 8 COMENTADO POR WILLY Y KARINA HAMEL

PASAJE DE ORO ROMANOS 8 

COMENTADO PROWILLY  Y KARINA HAMEL 
MISIONEROS CRISTIANOS 

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Este es un maravilloso pasaje de la Biblia lleno de  sabiduria y de grandes revelaciones aqui Dios nos  asegura que los que hemos decidido hacernos seguidores de Jesucristo somos hijos de Dios!! Hemos sido adoptados por El y somos  parte de la familia de Dios y ahora somos herederos de Dios y coherederos con Jesus.  Aqui dice que ahora que somos  hijos de Dios debemos  esforzarnos por vivir una vida agradable a nuestro Padre celestial  andar como Jesus anduvo , debemos  esforzarnos  por vvir sin pecar  y por ser imitadores de Jesus y andar obedeciendo al espíritu y  no obedeciendo a nuestra carne(y sus bajas pasiones) . Dios ama y bendice a sus hijos que son hacedores de  su Voluntad. Te animo a  leer   este maravilloso capitulo varias veces y a meditar y a memorizar sus versos.  

Viviendo en el Espíritu

 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.( los que no obedecen a su carne sino que obedecen al Espiritu)
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;(el juicio de Dios vino sobre Jesus en la cruz para darnos libertad y para que seamos justificados. El siendo justo murio en nuestro lugar. Dió su vida por nosotros.Para salvarnos y darnos la vida eterna.)
para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.(los que ya no obedecemos a nuestra carne sino que obedecemos al Espiritu)
Porque los que son de la carne(los carnales) piensan en las cosas de la carne;(vicios,maldades,adulterios,injusticias,robos,etc) pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. (ocuparse de agradar a la carne te traera muerte y ocuparse de las cosas de Dios traerá vida y paz abundante) 
Por cuanto los designios(malos deseos) de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
y los que viven según la carne(agradando a sucarne)  no pueden agradar a Dios.
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. VER NOTA 1.(ABAJO)
10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros,(Dios) el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.(les dara vida a ustedes por medio del Espiritu Santo)
12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.(los verdaderos hijos de Dios, los que viven haciendo su voluntad.)
15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,(miedo)  sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! (gracias al Espíritu podemos decir con toda  seguridad y confianza Padre Dios!!)
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.(exaltados)
18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;
21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.
24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Más que vencedores

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36 Como está escrito:
    Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
    Somos contados como ovejas de matadero. m
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

NOTA 1 
Todas las bendiciones de Dios son para los hijos que obedecen al Espiritu de Dios   y no obedecen a su carne para hacerlo malo. para los cristianos que son HACEDORES  de su voluntad, guardadores de su palabra, de sus principios. 
 En otras palabras si soy provocado por alguien y mi carne me dice ...golpea a ese hombre!! pero  dentro mio el Espiritu  me dice ....Hijo  no lo hagas!!  yo debo elegir  a quien obedecer. Si obedezco  a mi carne y golpeo  a ese hombre estoy pecando y ofendiendo a Dios, Si decido callarme y no golpear a esa persona si me controlo, entonces agrado a Dios. Y sere recompensado. La idea central es comportarme como Jesus. ser un imitador de Jesús y asi agradar al Padre.  Si busco a Dios si vivo velando y orando    y si busco tener una  comunión intima con Dios y me lleno cada dia del Espíritu Santo  controlarme a mi mismo será mucho mas fácil  porque El nos ayuda. Por eso nos dice Dios ... no se embriaguen con vino lo que trae disolución(degeneración) antes bien busquen ser  llenos del Espíritu Santo de aceite fresco, En la practica en mi oración de mañana le pido a Dios que me llene de su   Espiritu  y de aceite fresco que me de una unción nueva y fresca. y fuerzas como del bufalo salmo 92)

ROMANOS 8 EN LA VERSION CATOLICA DIOSHABLA HOY. UNA VERSION QUE ES MUY INTERESANTE.
Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu que da vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Porque Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no pudo hacer, pues no era capaz de hacerlo debido a la debilidad humana: Dios envió a su propio Hijo en condición débil como la del hombre pecador y como sacrificio por el pecado, para de esta manera condenar al pecado en esa misma condición débil.(en su cuerpo) Lo hizo para que nosotros podamos cumplir con las justas exigencias de la ley, pues ya no vivimos según las inclinaciones(MALOS DESEOS DE LA CARNE) de la naturaleza débil sino según el Espíritu.
Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil,(MALOS DESEOS DE LA CARNE) sólo se preocupan por seguirlas; pero los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu.(por agradar a Dios) Y preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil(de la carne) lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil(de la carne) son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley. Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil(carne) no pueden agradar a Dios.
Pero ustedes ya no viven según esas inclinaciones,(la carne) sino según el Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. 10 Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado. 11 Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.
12 Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir según las inclinaciones de la naturaleza débil. 13 Porque si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán.
14 Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.15 Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» 16 Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. 17 Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.

La esperanza de la gloria

18 Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después. 19 La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste claramente que somos hijos de Dios. 20 Porque la creación perdió su verdadera finalidad, no por su propia voluntad, sino porque Dios así lo había dispuesto; pero le quedaba siempre la esperanza 21 de ser liberada de la esclavitud y la destrucción, para alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto. 23 Y no sólo ella sufre, sino también nosotros, que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que vamos a recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser adoptados como hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. 24 Con esa esperanza hemos sido salvados. Sólo que esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues, ¿quién espera lo que ya está viendo? 25 Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo sufriendo con firmeza.
26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo.

La obra salvadora de Dios

28 Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. 29 A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. 30 Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria.
31 ¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! 32 Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? 33 ¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos.34 ¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y está a la derecha de Dios, rogando por nosotros.35 ¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? 36 Como dice la Escritura:
«Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte;
nos tratan como a ovejas llevadas al matadero.»
37 Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, 39 ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!

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